miércoles, 24 de marzo de 2010

Ciertos hitos de la cirugía coronaria


La cirugía coronaria estableció sus fundamentos y se reconoció como terapéutica válida universalmente aceptada.
1954 G Murray inició en Norteamérica el tratamiento de la obstrucción coronaria de forma experimental.
1956 Leonard Bailey y colaboradores acceden por primera vez de forma directa al sistema arterial coronario.
1964 Edward Garret y colaboradores realizan el primer puente aorto-coronario, en el hospital Metodista de la Baylor University, en Houston, Estados Unidos.
1966 El cirujano ruso Vladimir Koolesoov desarrolla la primera cirugía coronaria sin circulación extracorpórea.
1967 El doctor Gerónimo Favaloro, argentino, inicia en la Clínica Cleeveland, Estados Unidos, la técnica moderna del injerto de la aorta ascendente a la arteria coronaria en un punto distal a las obstrucciones, con empleo de la vena safena.
1968 W.D. Johnson y D. Lepley dieron también un gran impulso a la cirugía de revascularización miocárdica al preconizar el uso de injertos aortocoronarios múltiples.
1985 Los doctores Enio Bufallo (brasilero) y Federico Bennetti (argentino) retomaron la cirugía a corazón latiendo en Sao Paulo, Brasil, y se fue nuevamente extendiendo.
1997 Los doctores Mauricio Cassinelli (uruguayo) y Álvaro Lagomasino (cubano) -en el Cardiocentro de Santa Clara-, así como José Hidalgo (cubano) -en el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular-, realizan por primera vez y de manera simultánea la cirugía a corazón latiendo en Cuba.

Cirugía coronaria


Cirugía coronaria
Asomarse a un corazón
Desde hace 20 años, el Cardiocentro Ernesto Che Guevara palpita a buen compás en el centro del país. Espacio donde una técnica quirúrgica hace historia.
Por: BÁRBARA AVENDAÑO
nacionales@bohemia.co.cu
(30 de octubre de 2006)
Santa Clara se despereza de su ilusión nocturna. Las calles estrechas van poblándose poco a poco, y entre coches, bicicletas y autos, vida y cordialidad se codean con atrevimiento. Ello es tan evidente que no puede eludirlo el equipo de BOHEMIA, aun cuando sus integrantes solo fabulan sobre el episodio inédito que vivirán en instantes: presenciar una cirugía coronaria a corazón latiendo en el Cardiocentro Ernesto Che Guevara.
Además...
.Cada quien cavilaba por su lado. Cualquier experiencia periodística anterior empequeñecía ante lo que se avecinaba. Si en el quirófano el torrente de emociones novedosas sacaba de circulación a reportera o fotógrafo, quien quedara en pie debía garantizar hasta la última instantánea. Más allá de evitar poner en peligro el trabajo, rondaba el temor infinito al ridículo. Terminar en una silla aspirando alcohol y con caras pálidas, ¡ni pensarlo!, esa no era página digna para las memorias de una revista casi centenaria.
En el salón, la licenciada en Enfermería María Caridad Marín ultima los detalles para comenzar. "Alrededor de 15 personas coinciden aquí para realizar una operación de este tipo", dice, mientras enumera a los integrantes del grupo. Cada quien defiende su posición y conocimientos con la habilidad impuesta por la práctica y la responsabilidad. La confianza en la labor conjunta se descubre hasta en el lenguaje de los ojos. El verde, dominante por norma técnica, es también allí salvoconducto a la esperanza…
Sístoles y diástoles de una época
En el Cardiocentro que lleva el nombre del sin par argentino-cubano, no poca gente intenta imitar su laboriosidad, aunque la crea inalcanzable. El doctor Raúl Dueñas, máster en salud, dirige los destinos de este hospital desde el momento mismo en que el Comandante en Jefe Fidel Castro decidió crearlo, en 1986, junto a otros centros de cirugía cardiaca fuera de la capital. Un verdadero reto.
En su oficina, testigo de las buenas y difíciles etapas de estos años, recuerda que la inicial fue bastante compleja. "Hubo que preparar al personal médico, de enfermería, buscar los recursos, construir, remodelar, en fin, incursionar en una actividad médico-asistencial muy complicada y cara. La red central cubriría desde Villa Clara hasta Camagüey, una población que hoy abarca 2,9 millones de habitantes, aproximadamente."
Queremos tratar de igualar las más de 700 operaciones efectuadas en 2004, comenta Raúl Dueñas, director
Aquello significó un avance tremendo en el país. "Cuando comenzamos era difícil que alguien quisiera enfrentarse a una cirugía cardiaca. La idea de que el corazón no se operaba estaba muy arraigada en la creencia popular. Sin embargo, esa imagen ha ido cambiando. La mayor influencia en que las personas la aceptaran como algo normal, fue cuando notaron que se operaba de algunas afecciones a los médicos, o a sus familiares."
En un principio se hacía la cirugía menos compleja: principalmente las lesiones de la válvula mitral provocadas por la fiebre reumática, y las cardiopatías congénitas. El centro fue evolucionando, y aumentaron el número de intervenciones quirúrgicas y los desafíos.
El 1ro. de marzo de 1988 se introdujo la cirugía coronaria o de revascularización miocárdica, a fin de afrontar la cardiopatía isquémica, causa más frecuente de muerte en los países desarrollados y en Cuba. Una enfermedad resultante de la incapacidad de las arterias coronarias para llevar el oxígeno necesario a una determinada zona del músculo cardiaco, lo que dificulta su funcionamiento.
Protagonista de estas dos décadas de sístoles y diástoles es el doctor Álvaro Lagomasino, especialista de segundo grado de Cirugía Cardiovascular y jefe de la vicedirección quirúrgica. Hombre mito en esa disciplina en la región central, de quien se cuentan historias nada quiméricas. Quiso ser piloto, periodista (más fascinado por la obra de Hemingway que por descender de renombrados del periodismo cubano), y terminó como médico.
"Siempre me interesé por la cirugía", confiesa este habanero que llegó a Villa Clara de manera alternativa, justo cuando el Cardiocentro surgía, y allá se casó y plantó raíces. "En estos momentos realizamos casi todas las cirugías cardiovasculares, excepto el trasplante: enfermedades congénitas en niños, adquiridas en adultos, cardiopatías isquémicas y aneurismas, por citar las más comunes."
Lagomasino ha sido allí alma en el desarrollo de la cirugía coronaria a corazón latiendo. Esta técnica permite incrementar el número de pacientes intervenidos y es más barata (se ahorran unos 500 dólares al no usarse el equipo de circulación extracorpórea), disminuye el tiempo de hospitalización del enfermo (calculado entre 250 y 350 pesos por día) y el saldo final es mejor.

Las arterias coronarias se encargan de suministrar la sangre oxigenada al corazón. Tienen origen en la aorta y sus ramas crean una red sobre la superficie del músculo cardiaco y penetran en él. La enfermedad de cualquiera de ellas suele tener graves consecuencias, pues el individuo puede sufrir un ataque al corazón e incluso morir. La ateroesclerosis (acumulación de placa en el revestimiento interior de una arteria que provoca su estrechez o bloqueo), es la causa más frecuente de ese padecimiento.
Ante la sospecha de insuficiencia en la circulación coronaria, se recomiendan estudios. Al comprobarse el inadecuado abasto de sangre a los territorios coronarios, se practica una coronariografía para identificar la o las arterias con estenosis. Si las lesiones son múltiples o están distribuidas en sitios no susceptibles de abordar a través de una angioplastia coronaria percutánea (cateterismo), la opción es la cirugía coronaria.
Esta se inició en los años 60 del pasado siglo en Estados Unidos y abrió la era de los bypass o puentes coronarios, un desvío o vía alterna para que la sangre burle el área obstruida de la arteria. Millones de personas siguen andando por el mundo gracias a ellos. Los conductos más utilizados para crear los puentes son la arteria mamaria interna y la radial; también se ha utilizado la epigástrica. Otra fuente usada es la vena safena externa.
Existen dos técnicas bien estandarizadas para la cirugía de coronarias: bajo circulación extracorpórea y parada cardiaca anóxica, y a corazón latiendo. Hay una modalidad intermedia, utilizada en algunos centros, en la cual se combinan ambas, es decir, se abordan unos vasos con una, y otros con la otra.
Aunque el Cardiocentro de Santa Clara practica todas esas técnicas, apuesta por aquella a corazón latiendo no solo por ser económicamente más factible, sino por beneficiar al paciente anciano, al de mala función ventricular y con lesiones nefrológicas, además de sortearse así las complicaciones neurológicas. Dicho adelanto tecnológico permite inmovilizar el sector del corazón que debe ser operado, mientras el resto continúa bombeando sangre.
En muchos otros servicios en el mundo, la cirugía coronaria sin circulación extracorpórea se efectúa solo en un 40 ó 50 por ciento del total de las intervenciones a esas arterias. En Cuba ese por ciento no es alto, excepto en el centro del país, donde ocupa más del 90 por ciento de dichas operaciones. "Para llevarlo a cabo no basta con tener voluntad, se requieren recursos y en ese sentido se avanza", asegura el doctor Raúl Dueñas.
"Es interés del Ministerio de Salud Pública (MINSAP) llevar este servicio a todos los ciudadanos. Por eso hoy se alistan las condiciones para que otros centros del resto de la Isla tengan su instrumental y el material gastable precisos a fin de extender esta técnica, realizarla de manera estable y perfeccionarla", dice.
Al cierre de septiembre, en el Cardiocentro ya se habían realizado 535 intervenciones. "Es decir, que dejamos muy atrás las 469 del año pasado. Queremos tratar de igualar las más de 700 efectuadas en 2004. Estamos en un buen momento, porque hay una experiencia acumulada importante y mejores condiciones materiales que en otras etapas. Cuando una persona entra al salón debe saber que existen todos los insumos necesarios para enfrentar cualquier complicación, y se va a luchar por su vida", apunta Dueñas.
Este centro cuenta con 90 camas, y, además de la cirugía cardiaca, desarrolla la cardiología intervencionista y la electrofisiología. En las tres esferas se promueven proyectos de investigación. "Somos unidad de ciencia y técnica y ello implica resolver los desafíos internos, y ayudar a otros centros a solucionar los suyos", explica Iliana Puig, quien dirige el quehacer científico.
En el área quirúrgica está en perspectiva poner en práctica una metodología nueva en el tratamiento de la fibrilación auricular con radio frecuencia, para lo cual se intenta adquirir la tecnología. Es necesaria para aplicar sobre todo a los pacientes operados de las válvulas mitrales, las cuales con el tiempo se degeneran, provocan hipertensión pulmonar y afectan tejidos como las dos aurículas.
Otro tema al que ya dan vida es al de la terapia celular. De momento, alistan el protocolo de investigación que abarca el implante tanto por vía quirúrgica, como por cateterismo, y se prepara al técnico que obtendrá las células madre. El cirujano José Hidalgo, pionero del trasplante cardiaco celular en Cuba, Centroamérica y el Caribe, asesora dicha etapa del proceso.
Al colectivo lo distingue haberse dado cuenta a tiempo de que el éxito depende de trabajar unidos. "Que todo el mundo se sienta alguien importante y se le reconozca.
El mediodía quedó atrás, pero dentro del salón el tiempo parece detenerse. Todos los sentidos se aguzan para no perder detalles. Cuando se abre el pericardio, el veterano cirujano Ismael Alejo Mena recomienda a los integrantes del equipo de BOHEMIA mirar a intervalos los latidos del corazón para evitar mareos, pero la faena artesanal de los cirujanos cautiva. Para ellos cada día puede ser distinto, apenas con asomarse a un corazón.